Julian Ayesta es uno de los grandes cuentistas españoles. Ya escribí en esta bitácora sobre "Helena o el mar del verano", libro de disfrute, encantamiento y devoción. Esta tarde leo sus viejos artículos periodísticos y algunos esbozos de cuentos inacabados. Supo, desde el mismo instante, que escribir cuentos es soñar.
En un libro clásico y agotado, Alba Onil y Raúl A. Piérola, nos dicen : " Los cuentos autéticos se sustraen al tiempo real, concreto, se despojan de su materialidad accidental. La fuga de la realidad por obra del arte no debe entenderse en un sentido negativo de escapar a una situación que nos resulte agobiante y opresiva, sino positivamente como emancipación de la chatura habitual o del asedio imperativo de lo físico para instalarnos en los carriles de lo trascendente, de lo mágico, de lo bello "
Eso es la escritura de Ayesta, una emoción en esta tarde de viernes. Miro por la ventana, me tomo una copa de licor casero de moras y te escucho...
" Temblando, con voz ronca, con una voz que no era mía, que no sabía de dónde había salido, le dije : "Helena..., te quiero". Y Helena, serena, sin dejar de mirarme a los ojos, grave y hermosa, se fue dejando atraer, y cuando tuvimos los labios muy cerca me dijo . "Y yo a ti más". Y yo bebí el aliento de aquellas palabras; las bebí, las respiré, no las oí "
Julián Ayesta (1919-1996)
No hay comentarios:
Publicar un comentario