jueves, 20 de noviembre de 2008

EXORDIO.



La primera vez que estuve en el Tribunal Supremo, escuché a un viejo abogado informar en estrados, me llamó la atención su dominio del idioma y su naturalidad; se notaba que era agudo e irónico. Su exordio antes de entrar en materia me pareció antológico. Poco después encontré en un viejo texto jurídico de finales del siglo XIX, lo que sigue :


" Sirve el exordio, para preparar el ánimo de los oyentes y hacer que escuchen al orador con atención y benevolencia. Debe por lo tanto ser sencillo, corto, y claro, evitando la afectación y las figuras pomposas para no prometer mas de lo que se puede ofrecer y no chocar con aire de jactancia. Un orador modesto, que empieza a hablar sin pretenciones, logra insinuarse en el ánimo de los oyentes y hacérselos favorables.

La sencillez y la modestia no deben generar, sin embargo, en bajeza y timidez, porque entonces dan mala idea del que habla, fuera de que sienta muy bien siempre en el que defiende una causa, mostrar desde luego entereza y confianza en la justicia que le asiste.

Como oyente está al principio sereno y percibe fácilmente todos los defectos de estilo y diccion, el exordio debe trabajarse con esmero, porque de lo contrario se formaría desde luego una mala idea de las dotes del orador.

hallándose siempre el auditorio impaciente por ver entrar el orador en materia, se cansa pronto de toda tardanza inútil y por esta razón el exordio no ha de ser largo; pero tampoco tan breve, que la atención del que escucha , esté todavía sin fijar. La magnitud del exordio debe estar en proporción con las demás partes del discurso (...) Aunque el orador debe en el exordio afectar calma y serenidad, dejando para lugar oportuno los rasgos apasionados y brillantes, con todo, hay ocasiones en que conviene el ímpetu y todo el fuego de la peroración mas animada. Esto sucede , cuando algun objeto, algun acontecimiento inesperado ó extraordinario le mueva á tomar la palabra haciendo legítima la indignación ó cualquier otro afecto de ira ó pasion fogosa. Este exordio se llama ex abrupto, y debe parecer como involuntario en boca del que lo usa : si se descubriese en él preparación, perderia todo el efecto de que es susceptible "

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