"El último encuentro", "La amante de Bolzano", "La herencia de Esther", "La mujer justa", "La hermana", "Confesiones de un burgués", "¡ Tierra, tierra ! " y así sucesivamente...
Sándor Márai siempre emociona y más al saber que acaban de salir sus últimos diarios, los de 1984-1989.
En cada novela de Márai, aparece lo que somos, una auténtica recreación de las vidas vividas y por vivir, de la capacidad de entusiasmo y destrucción.
Poco antes de su partida, escribe dos cartas que definen muy bien su vida.
" Cuando se nos va el ser a quien hemos amado por encima de todas las cosas, el vacío que se produce es casi absoluto-casi, porque algo queda con nosotros, algo que no es el cuerpo ni el alma, más transparente que el aire, más perceptible que un resplandor, más real que la atmósfera, algo que los antiguos llamaban aura, que llena las habitaciones en las que ella vivió, que queda prendido de los objetos que ella tocó, algo indeciblemente real, algo que es y no es, pero que fluye durante largo tiempo y que llena la vida d quien vivió con ella. "
(Carta a Zsuzsa Szönyi del 8 de febrero de 1986)
" Qusiera escribir sobre muchas cosas, pero la vista y también caminar y cualquier otra tarea representan una hazaña de acrobacia en este pozo que es la vejez. A pesar de todo, trato de hacer un esfuerzo mientras todavía tengo fuerzas. La muerte, que tampoco anhelo demasiado, no es un problema, sino una necesidad, hasta el momento todo el mundo la ha llevado tras de sí y no han llegado quejas ulteriores (...) . Sin embargo, sería agradable poder estar sentado de nuevo con usted en uno de los escalones de mármol de la espumeante cascada de la Escalera Española, comentar los sueños y la realidad, tomar luego juntos un vermut en el Café Greco. Ahora , en mi soledad , me persiguen con frecuencia los sueños y yo quisiera obtener , de forma laica, la respuesta a una pregunta impropia que no es posible plantear en la buena sociedad. La pregunta reza : ¿ No es posible pensar que tal vez, a pesar de todo, exista un alma? Tengo la sensación de que la nueva astronomía barrunta algo en ese sentido "
(Carta a Zsuzsa Szönyi del 4 de octubre de 1988)
Sándor Márai (1900-1989)
Y me he tomado un café irlandés en la pura soledad de un pub abarrotado.
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