sábado, 1 de noviembre de 2008

HOMBRE AL AGUA.



Luchó en Cuba y defendió a España en esa guerra absurda creada por los norteamericanos. En 1953 le dieron el Premio Nobel de Literatura y el título de Sir. Era Winston Churchill bebedor apasionado y buen escritor.
En su juventud escribió un cuento de terror y esta noche lo leo; me acompaña un buen ron canario de nombre "Arehucas" , que sube despacito y con desvergüenza a la cabeza, sin pedir permiso al corazón.

" Fue poco después de las nueve y media cuando el hombre cayó por la borda. El vapor correo avanzaba a toda velocidad por el Mar Rojo en la esperanza de recuperar el tiempo que las corrientes del Océano Índico les habian robado.
La noche era clara, aunque la luna estaba oculta por nubes. El aire cálido estaba cargado de humedad. La tranquila superficie de las aguas se veía quebrada tan sólo por la marcha del gran barco, desde cuya aleta las altas y sesgadas hondas salían disparadas como las plumas del astil de una flecha , y en cuya estela las burbujas de espuma y aire levantadas por la hélice dejaban un reguero que se iba estrechando hacia la oscuridad del horizonte.

Se celebraba un concierto a bordo. Todos los pasajeros se alegraban de romper la monotonía del viaje y se agrupaban en torno al piano en el salón al final del tambucho. Las cubiertas estaban desiertas. El hombre había estado escuchando la música y acompañando las canciones, pero hacía calor en la habitación y salió a fumar (...) Se disponía a acompañar el estribillo cuando la barandilla, que había quedado mal sujeta, cedió de pronto con un chasquido y él cayó de espaldas a la templada agua del mar ( ...) El barco no era más que una luz aislada que se iba apagando sobre la negrura de las aguas y una sombra oscura contra el más pálido cielo..."

Winston Churchill (1874-1965)

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