Recupero " Memorias de un espectador " de Carlos Sentís, periodista y político catalán. Me detengo en uno de los artículos que publicó en " La Vanguardia" el 15 de mayo de 1945.
" En el vasto mundo anglosajón hay una cosa que impresiona más que el final de la guerra en sí : los campos de concentración alemanes (...)
La entrada en Dachau- sector amplio, rodeado de alto muro y edificios cuarteleros- es muy trabajosa y minuciosa, con nosotros- once periodistas- entra también míster Jefferson Goffrey, embajador de Estados Unidos en Francia (...) El oficial americano nos reúne, dándonos las últimas instrucciones : en el campo, donde casi todos son detenidos políticos, hay tifus, disentería y otras enfermedades, con docenas de moribundos y centenares de cadáveres insepultos, de los dos mil que encontraron los americanos al llegar (...)
Uno de los pabellones es exclusivamente de judíos. Aquí el olor a miseria es inaguantable. Hay muchos muchachos. Algunos están tomando el sol por las calles, esqueléticos y con la barriga hinchada como una pelota. En lo alto de la litera, un chico, con cara de pillete , me sonríe y, me señala algo que se halla en el suelo entre dos literas. Voy allí para mirarlo. Es un cadáver reciente (...) De una especie de garaje o hangar-crematorio- van sacando cadáveres totalmente desnudos para echarlos en treinta y dos carros bávaros, conducidos y cargados por alemanes, a los que se obliga a pasearlos después, plenamente descubiertos, por algunos barrios ante de enterrarlos. A mi vista hay unos trecientos cadáveres, que son colocados en carros con parihuelas desde una especie de ventana. Son los que sacan aquella mañana. Sus cuerpos están medio descompuestos... "
Carlos Sentís ( 1911-2011 )
( Foto de Robert Capa )
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