Domingo de Ramos, café cargado y churros. Lectura matinal de Proust, del que siempre se aprende.
" Frecuentaba la alta sociedad para calmarme de una caída, y cometía otra apenas me tranquilizaba. Es en este momento terrible, después de la inocencia perdida y antes de los remordimientos actuales, en ese momento en el que entre todos los momentos de mi vida, he valido menos, cuando fui apreciada por todos. Al principio , me habían juzgado una joven loca y pretenciosa; ahora, por el contrario , las cenizas de mi imaginación eran del gusto de la sociedad , que se complacía en ellas (...) Después del suicidio de mi pensamiento, todos admiraban mi inteligencia y se volvían locos con mi genio. Mi imaginación estéril y mi sensibilidad agotada bastaban a la sed de los sedientos de espíritu, hasta tal punto esta sed era ficticia y falaz como el manantial en que éstos creían saciarla... "
Marcel Proust ( 1871-1922 )
( Foto de Cecil Beaton )
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