lunes, 22 de septiembre de 2008

LA LLAMA DOBLE.




De vuelta del médico con mi hijo, me encuentro con una antigua compañera a la que hace siglos que no veía. Me ha preguntado si tengo " La llama doble " de Octavio Paz, libro que quiere leer y que " alguien", muy especial, se lo ha recomendado. Es evidente que ese "alguien" es un nuevo amante y que sabe de qué va el tema y qué espera de ella. He alabado el libro y le he dicho que lo perdí hace tiempo; una pérdida consciente y necesaria...

¿ Por qué no se lo regala él?

Creo que el libro es una obra maestra del amor y el erotismo, estudiado por un poeta que nunca ocultó su vida amorosa llena y variada. Era además, hombre de buen gusto; La poeta Blanca Varela es ejemplo de ello.

" ... El amor no nos preserva de los riesgos y desgracias de la existencia. Ningún amor, sin excluir a los más apasibles y felices, escapa a los desastres y desventuras del tiempo. El amor, cualquier amor , está hecho de tiempo y ningún amante puede evitar la gran calamidad; la persona amada está sujeta a las afrentas de la edad, la enfermedad y la muerte. Como remedio contra el tiempo y la seducción del amor, los budistas concibieron un ejercicio de meditación que consistía en imaginar al cuerpo de la mujer como un saco de inmundicias. Los monjes cristianos también practicaron estos ejercicios de denigración de la vida. El remedio fue vano y provocó la venganza del cuerpo y de la imaginación exasperada : las tentaciones a un tiempo terribles y lascivas de los anacoretas. Sus visiones , aunque sombras hechas de aire, fantasmas que la luz disipa, no son quimeras: son realidades que viven en el subsuelo psíquico y que la abstención alimenta y fortifica. (...) Según la tradición , el amor es un compuesto indefinible de alma y cuerpo; entre ellos, a la manera de un abanico, se despliegan una serie de sentimientos y emociones que van de la sexualidad más directa a la veneración , de la ternura al erotismo (...) El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos. El tiempo que es medida isócrona, se vuelve discontinuo e inconmensurable..."


Octavio Paz (1914-1998)


No hay comentarios: