Esta noche, antes de dormir, leo algunos romances; siempre me han gustado y su música es perfecta para el buen soñar o para ser prisionero de unos ojos...
" Que por mayo era, por mayo,
cuando los grandes calores,
cuando los enamorados
van a servir a sus amores,
sino yo, triste mezquino,
que yago en estas prisiones,
que ni sé cuánto es de día,
ni menos cuando es de noche,
sino por una avecilla
que me canta al albor;
matómela un ballestero;
¡ Déle Dios mal galardón!
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