" Marcar un horizonte y caminar hacia él. Los viejos caminos desaparecen. Esta noche el Tiempo, ese ladrón con manos, robará estrellas para mí, y las dejará escondidas en mis bolsillos. Y mañana, cuando busque las llaves o un pañuelo, saldrá una luz brillante.
Pequeños dioses
con las vértebras en la oscuridad,
y un sueño descalzo.
Los árboles nos adelantan y digieren nuestras miserias. Sólo conozco diez mil sentidos para amar, pero una sola razón infinita, que habla con la voz del musgo. Las estrellas aparecen y desaparecen entre la bruma que sube del valle. Un búho blanco sobrevuela el tejado y nos protege. Cuelgo las manzanas del invierno.
Ni una hoja se mueve.
El árbol siempre verde.
El ángel siempre ángel.
El siempre viaje de la noche hacia el sol.
Y el búho se ha ido. Y enciendo las velas en medio de " la pequeña locura alrededor de ti ", de las galaxias girando como panderetas y tambores en el hogar. Y duermo exacta en los caballos del tiempo, hasta que, al amanecer, el espíritu del musgo vuelva a hablar en mi boca. El recado, un año más, de limpiar todos esos cristalitos que cuelgan del cielo.
Las viudas del sol, como luciérnagas de luto,
y salen del sueño que canta mis ojos
y arde "
Ester Folgueral.
( Foto de Mario De Biasi )
No hay comentarios:
Publicar un comentario