En la sobremesa, nuevo té rojo con sabor a vainilla. Antes de buscar unos textos jurídicos, me encuentro con don Gonzalo.
" ... ¿ Te das cuenta de cómo desbarran los hombres inteligentes cuando no tienen a su lado una mujer ? ¿ Y hasta qué punto son débiles y domeñables ? De repente, vi claro. Me pareció que, sin querer, él mismo me había llevado a una situación favorable, que aproveché inclinándome más de lo decente y procurando que se me saliese, como un palomo que asoma el pico y luego vuela, el pecho izquierdo. que es el más mono de los dos, el menos trabajado, casi el que guardo para ofrecer como si fuera virgen. ¿Nunca te dije que estoy muy orgullosa de mi teta izquierda ? Su contemplación en el espejo me ha proporcionado satisfacciones tan inolvidables como íntimas. Cuando fracaso en un propósito, cuando me siento hundida y sin ánimo, su vista me restaura en la confianza de seguir luchando. ¿ Podría resistir mi querido Virgilio a aquella temblona evidencia ? Fingí quedarme estupefacta, pedí perdón por el descuido, pero no lo oculté y esperé a que él, tiritando como de frío, con mano torpe, pero delicada, viniera a restituir la paloma a su jaula de de seda y terciopelo... "
Gonzalo Torrente Ballester ( 1910-1999 )
( Foto de autor desconocido )
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