CAPRICHOS.

           Para el primer día del año, lecturas venecianas.

    " Estando en la flor de la edad y siendo de temperamento vivo y, al decir de todos, de presencia hermosa, me dejé arrastrar por las costumbres, la comodidad y los ejemplos a la voluptuosidad y las diversiones, olvidando o descuidando casi del todo la literatura y el estudio. Había concebido una violentísima pasión por una de las más hermosas, pero a un tiempo de las más caprichosas, damas de aquella metrópolis. Me tenía ocupado ésta todo el tiempo en las usuales locuras y frivolidades de amores y celos, en fiestas, comilonas y holgorios y, salvo unas horas de la noche, que solía dedicar a la lectura de algún  libro, no creo haber aprendido, en los tres años que duró aquel amorío, nada que antes no supiese o que fuera digno de saberse. Pareció como si la providencia quisiera liberarme del terrible peligro que me amenazaba. A despecho de todos los celos y de todos los caprichos de la señora, había conservado la buena costumbre de ir por la noche a cierto café, donde los hombres más cultos y erudito de Venecia se reunían, y era llamado por eso el " Café de los literatos "...

       Lorenzo da Ponte ( 1749-1838 )

       ( Foto de Dmitri Kasterine )