lunes, 24 de mayo de 2010

EL ESCUDERO MARCOS DE OBREGÓN.


Esta mañana me he despertado con hambre de Ronda y he buscado a mi paisano Vicente Espinel.

" ... Yo quedé helado y abrasado de su presteza en irse y de sus palabras en rendirme. La criada me dijo : " Buena tiene vuesa merced a mi señora, que éstas eran sus melancolías; de aquí nacen sus malas condiciones, que no hay quien en casa averigüe con ella. Sígala vuesa merced, y recátese no le vea su marido, que es un caballero muy principal y no poco celoso, aunque jamás ha visto en mi señora ocasión para serlo (... ) Yo me fuí a reposar aquella noche admirado y corrido del doblez que tan pesadamente usó conmigo aquella mi enamorada, que lo sea del diablo, y no del que salió del pozo; que la apacibilidad que promete el rostro de una mujer hermosa sea capaz de tan pesado engaño y que con tanta facilidad se rinda a un mal consejo, es cosa que aún no acabo de creella. Que se apiade un hombre a unas lágrimas de una mujer, es mucha nobleza : pero que ella las finja por mal fin, parece abominación. Rendirse a la hermosura es cosa natural; pero rendirse la hermosura al engaño, es contra razón, y aún contra naturaleza... "

Vicente Espinel (1550-1624)


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