Hay libros de domingo, llegan con el rocío de la mañana y con los churros. Tienen memorias de cruceros...
" Las amapolas cabeceaban y las hierbas asentían. Los cascotes del suelo los habían pisado Casandra y Eneas, el vernerable Príamo y la arrebatadora Helena.
Las miradas de los destinados amantes se encontraron, y se volvieron a encontrar; calibráronse mutuamente en cuanto a talla, edad y signos de compatibilidad socioeconómica, y él se encaramó con tiento por los estratos para acercarse al grupo de ella. El guía del grupo, un turco del lugar, estaba contando el Juicio de Paris como si hubiera ocurrido el día anterior, en el pueblo de al lado (...)
Ella había sentido su proximidad. El alma tiene pelos que pinchan. De perfil Calipso sonrió apenas oyó la broma, y luego se volvió para tasarle, calculando su compatibilidad física y mental y lo que aún les quedaba de crucero. Nauplia, Valletta, Bonifacio, Sperlonga. O.K. Como por obra del destino, sin plantearlo, llegaron al salón del aperitivo en el mismo momento. Con desconfianza absoluta escogieron el mismo banco, y, como las narraciones cada vez más animadas de sus pasados separados no habían concluido ni mucho menos, pidieron compartir mesa en el comedor, mientras la motonave blanca salía de los ceñidos Dardanelos al azul con lentejuelas del Egeo... "
John Updike.
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