Noche insomne que recuerda a algunas de la adolescencia. Música y lectura. Al alba, desayuno y sueño. Por la tarde, dejadez.
A Llorenç Villalonga lo conocí hace años; a su hermano Miguel, más tarde. Sus libros, indispensables.
" Helen observaba a la pianista. Le encontraba un cierto parecido a la baronesa Felipa; tenía la figura estilizada y el gesto contenido, pero la baronesa no mostraba nunca su verdadera forma de ser, mientras que la Rimbaud exhibía impúdicamente un sentimentalismo atormentado y dramático : " El mundo es grosero y cruel ", solía decir; " viviré de tomates crudos y lloraré por haber nacido; a los ojos del mundo el arte es un pecado y la vulgaridad se venga atrozmente de los que no somos vulgares... " De este modo se expresaba la personalidad exasperada de Irène Rimbaud y se refugiaba en las drogas a la búsqueda de un mundo ideal. Era, en efecto, morfinómana; Felipa, en cambio, nunca se quejaba, nunca decía nada, nunca dejaba traslucir las angustias que a menudo le oprimían; los demás, al verla siempre tan fría, tan serena , tan dueña de sí misma no sospechaban la tensión de aquel alma tan compleja.
Contrastando con aquellas dos mujeres torturadas ,Silvina Ocampo parecía una hija de la luz. Resultaba difícil no caer en el encanto de su exuberante vitalidad. Era diáfana, extrovertida; aquella noche acabaría besándose con Antoni detrás del biombo y lo haría con la misma naturalidad con la que se coge un melocotón jugoso que el árbol nos ofrece... "
Llorenç Villalonga ( 1897-1980 )
( Foto de Elettra Mayer )
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