Epitalamio; juegas perdidas y alegrías esperadas. El pulso del azar...
" Estaba enamorado y le decía :
" Te quiero. Te olvidare, y muriera".
Y ella le respondía con la mano
estrechando la suya y lo miraba,
como elevada, como transformada
en alegría que la hacía sin peso,
que la llevaba por el aire. Casi
estuvo por decirle : " Adiós, me voy ".
Pero temió y calló. Sólo le dijo :
" Te quiero yo también. Si te olvidare,
que me olviden los ojos que que te miran ".
Y se quedó sin verlo. ¿ No nevaba ?
Y ella era dulce, y él tan joven
que apenas si la tierra los sentía.
Se casaron un jueves, a las cinco,
entre un redoble de jazmines. Era
como un jazmín el sí : los labios de ella.
Por los caminos de la dicha iban
en busca de su hora. Nunca aguarda "
José Antonio Muñoz Rojas ( 1909-2009 )
( Foto de Ré Soupault )
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