jueves, 27 de junio de 2013
CELOS.
Antes de prestar unos libros para el verano, los repaso y acaricio. Dentro hay notas y acotaciones, residuos de lecturas frente a la chimenea y de paseos mentales. Sándor Márai, además, toca el corazón.
" ¿ Sabes ?, yo rondaba los cincuenta cuando por fin comprendí a Tolstói. ¿ Has leído la "Sonata a Kreutzer", su obra maestra ? En ella hablaba de los celos, quizá porque él mismo era de carácter tortuosamente sensual y celoso, pero eso no es lo esencial. Los celos no son más que una forma innoble y miserable de orgullo. Sí, también conozco ese sentimiento... lo conozco bien, Casi me mata. Pero ya no soy celoso, ¿ comprendes ? ¿ Me crees ? Mírame a la cara. No, viejo amigo, ya no soy celoso porque he conseguido superar el orgullo, aunque a costa de un esfuerzo enorme. Tolstói estaba convencido de que existía un remedio y reservó para las mujeres un destino casi animal: traer hijos al mundo y vestir como monjas. Una solución monstruosa y enfermiza. Aunque la solución que convierte a la mujer en un llamativo objeto de decoración, en una obra de arte cargada de sensualidad, también es inhumana y morbosa. ¿ Cómo voy a respetar a alguien, cómo voy a entregarle mis sentimientos y mis pensamientos a una persona que desde que se levanta hasta que se acuesta no hace más que cambiar de ropa y emperifollarse para resultar mas atractiva ? Ella dice que con sus plumas, sus pieles y sis fragancias no pretende gustar a nadie más que a mí... pero no es cierto. Quiere gustar a todos, quiere que su presencia suscite una intensa y persistente excitación en el sistema nervioso de todos los individuos del sexo masculino.Vivimos así... "
Sándor Márai ( 1900-1989 )
( Foto de Milton Greene )
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