domingo, 9 de diciembre de 2012
SUSANA.
Periódicos y cuentos de Edgar Neville. Gracia y mirada irónica.
" Los carteles aumentaban el drama, prometiendo lo que ya no se podría dar : retratos de actores y actrices desaparecidos, y las ¡ 100 girls, 100 !, del Casino, que habían caído en fila como los soldados de plomo.
Sólo había vida en los relojes que tienen cuerda para muchos años, y su tic-tac eran los puntos suspensivos después de la palabra vida. A cada hora se ponían a sonar como unos tontos, recordando la hora que era a nadie, y a lanzar señales de auxilio con su telégrafo de banderas. Los segundos eran el pulso de la tierra.
Un despertador que aguardaba el momento de dar su broma se desbordó en la habitación de Susana, tan violentamente que la muchacha se incorporó.
Susana no había muerto, porque alguien había de ser el último en morir, y ese era precisamente su caso. Ella había seguido su vida ordinaria a través de la catástrofe. Por la noche había bailado y bebido en el mismo cabaret de siempre, y casi siempre había vuelto a su casa en compañía de un señor que nunca era el mismo y que la había abandonado a la mañana siguiente, dejándole 50 francos encima de la cómoda. A veces menos.
No leía periódicos, y sólo se levantaba para ir al cabaret; el mundo para ella, terminaba allí, en la puerta que da a las cocinas.
La noche anterior sólo habían sido seis o siete, faltaba el dueño y dos o tres parroquianos. A Susana no le había importado volver sola, porque al día siguiente quería levantarse temprano para ir a comprarse unos zapatos (... ) Caminaba sin darse cuenta del drama . Miraba a derecha e izquierda antes de cruzar las calles. No se daba cuenta de su soledad, a causa del reflejo de los escaparates, que multiplicaban su imagen y le producía sensación de multitud... "
Edgar Neville ( 1899-1967 )
( Foto de Gaston Paris )
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