domingo, 16 de diciembre de 2012

EMILIA.


      Me entero de la muerte de Xavier Batalla, estupendo periodista cuyas crónicas he seguido durante años. Que la tierra le sea leve, descanse en Paz.

        Suelo recomendar la lectura de Camil Petrescu, escritor con demasiados claroscuros en su vida. Dicen que traicionó a mi admirado Mihail Sebastian.

     Vuelvo a Emilia.

    " Emilia se desnudó en silencio. Se sacó por la cabeza el vestido de color café, luego la combinación y se quedó desnuda, con su cintura rellena, con una carne blanda y un poco más oscura que sólo esperaba una inclinación del cuerpo para transformarse en gruesos pliegues. Tenía los pechos aprisionados, como las bailarinas en sendos caparazones, en las dos copas de malla negra del sostén ( mallas que recordaban las que los hombres se ponen para fijarse el pelo ). Un cinturón azul le apretaba un poco el vientre y de él colgaban a cada lado las ligas que tensaban las medias. Enmarcada entre el cinturón y los ligueros que bajaban por la cara interna de los muslos, una pequeña flor rubia sobre una almohadilla de carne, formando un triángulo equilátero por mor de la anchura de su vientre joven, era el centro de su magia de mujer. Ese desnudo me pareció inverosímilmente preciso, para mí fue como franquear un umbral pues sé lo largo e incierto que a veces es llegar hasta allí. No he estado casado ni he vivido " en pareja " y cada vez que una mujer se ha desnudado simplemente para mí, se ne ha quedado todo en suspensión de modo sorprendente, igual que se nos queda suspensa la respiración en el umbral de una espera... " 

         Camil Petrescu ( 1894-1957 )

         ( Foto de Anfisa Kosenkova )

1 comentario:

it dijo...

"... y cada vez que una mujer se ha desnudado simplemente para mí, se ne ha quedado todo en suspensión de modo sorprendente, igual que se nos queda suspensa la respiración en el umbral de una espera... " ¿Se puede escribir alto tan precioso???

¡Qué maravilla!