Después de ver, durante estos días, las calles llenas de filas de turistas ávidos de flores y patios; vuelve la tranquilidad y parsimonia propia de esta tierra. Una tranquilidad que me reconcilia con el paseo, el distanciamiento y la devoción. El escritor Adam Zagajewski, en su mágico libro titulado " Dos ciudades", nos advierte algo importante :
" Como buen prosélito, sin duda cometí un montón de errores. No me daba cuenta de que una mayoría aplastante de humanos no forma parte del reino del significado profundo gracias a sus conocimientos- los que los poseen no abundan-, sino gracias a su vida, a su substancia palpitante y resplandeciente, de manera que acusarlos de ignorantes era estúpido y absurdo. En vez de interrogarlos, ponerlos a prueba y torturarlos, habría hecho mejor observándolos e intentando comprenderlos. Observándolos con ternura y perspicacia "
Adam Zagajewski.
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