domingo, 24 de mayo de 2009

LA LENGUA SECRETA.


Casi en la siesta, se cae un libro de las manos. La música deja que el tiempo se rompa con lentitud y cierta desgana. Leo a Cees Nooteboom, una lectura recordada.

" Toda persona tiene sus manías, y una de las mías es que en cada viaje llevo conmigo un pequeño tomo de la Loeb´s Classical Library, como breviario, como lugar de descanso, como taalismán, no lo sé. La presentación material de estos libritos me gusta, tan grandes como la mano, ligeros de llevar y, sin embargo, de unas quinientas páginas, verde para griego, rojo para latín, los textos clásicos en la página izquierda, la traducción inglesa- a veces una secular como en el caso de san Agustín- a la derecha. También hay cierto componente de nostalgia, naturalmente, y una sensación algo vanidosa de ser un iniciado; está, para mí solo, en una habitación de hotel o en el banco de un parque, alguien que todavía pertenece a un mundo mucho más antiguo. A menudo intento ver- tapando con la mano derecha la página izquierda- cuánto puedo comprender sin la ayuda de la traducción, y también a menudo me desilusiona comprobar la labor de desgaste del tiempo en casi cuarenta años entre el entonces y el ahora, aunque a veces haya momentos inesperados de gracia en los que se abre repentinamente la lengua secreta, se derrite el código, y permanezco en el texto griego o latino sin ayuda "

Cees Nooteboom.

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