martes, 19 de mayo de 2009
EL DESPISTE.
La primavera tiene sus peligros. En el rincón en el que me acomodo para el aperitivo, aparece una estatua nórdica; fría mirada que quema, cuello de cisne y unas manos de primorosa acariciadora. Su despiste rompe el encantamiento provocado, al pedir café con leche y una hamburguesa. Y me quedo con los versos de Dámaso Alonso.
" Me embriago de mujer, dulce marea
como un vino, y de vino me embriago.
¡ Vivir, vivir, oh dulce embriaguez mía !
Dámaso Alonso (1898-1990)
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