miércoles, 20 de agosto de 2008

KIESLOWSKI.




Cada película de Kieslowski la he sentido de forma distinta y emocionada. Son poemas en películas , con un tratamiento de la imagen especial y un dominio absoluto de los tiempos.

Anoche no me fuí a la cama, y en soledad me quedé viendo "Azul", una película que está en su trilogía sobre los colores, la bandera y los enigmas vitales.

"Azul" es la historia de la bondad, del amor sin medida; puro homenaje a la ternura y al perdón. Kieslowski , en esta película, nos habla de la soledad unida a la pureza.


"Blanco", es la película más simple de la trilogía y a la vez más innovadora, para mostrar una Polonia que se verá siempre con esa mirada y en la que la maldad se regenera con la penitencia.Cuando fuí a verla, hace ya muchos años, recuerdo que en el cine no había casi nadie y que al salir se me saltaron las lágrimas.


En "Rojo", aparte de la maravilla de Irene Jacob, actriz excepcional por lo que insinúa; nos encontramos con el barro judicial salvado por la protagonista y el amor.Enseñanzas y avisos...


Es un director de esperanzas y de belleza; sus películas son imágenes con textos y una música sentida desde la historia y para la historia. La labor musical de Preisner es sobria y bella, como brumas sonoras.


La película, el albariño y los anhelos recordados, me han visto amanecer. Kieslowski es un buen confidente.

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