Tenía veinte años y Sevilla estaba en primaveras. En una asamblea de facultad apareció ella, venía de otra universidad y sabía de hombres y de encantamientos.Se dejaba mirar y me pareció mágica.
Entonces leía "Justine" de Lawrence Durrell y creo que en la "Plaza nueva" le dí el libro. Recuerdo que lo tenía subrayado y que al mirarme dijo : " Había algo extenuante y corruptor en el hecho de amar tan bien y sin embargo tan poco"
Hay días que traen otros tiempos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario