Ana Rossetti, como buena gaditana, aparece con gracia. Tomo un té helado en la tarde lánguida del sábado. Hay una vieja caja de dulce de membrillo, de latón y de nombre "M.Velasco Estepa,
Puente Genil"; "gran premio Barcelona 1915"; dentro hay demasiadas fotos de la niñez rondeña.
¿Qué haces ahora?; ¿dónde tus sueños, tu casa y tu mirada?
" Escapémonos, huyamos a los cómplices
días de la niñez. Perdámonos inermes
por los intensos vértigos de la piel insabida.
Confundidos, al no encontrar los nombres
para tanto esplendor, inventaremos fórmulas
de un idioma secreto : como antes.
Extraviémonos por la gran pesadilla
de la noche. En los negros pasillos
del horror insistamos hasta que el fiel desmayo
- dobladas las rodillas- nos socorra.
Ven. Miremos por toda bocallave
que enciende algo prohibido,
gravemente matemos mariposas vidriadas,
pisoteemos seda, desgarremos la gasa
que nubla las magnolias,
y la desobediencia sea privilegio nuestro"
¿Qué haces ahora?; ¿dónde tus sueños, tu casa y tu mirada?
" Escapémonos, huyamos a los cómplices
días de la niñez. Perdámonos inermes
por los intensos vértigos de la piel insabida.
Confundidos, al no encontrar los nombres
para tanto esplendor, inventaremos fórmulas
de un idioma secreto : como antes.
Extraviémonos por la gran pesadilla
de la noche. En los negros pasillos
del horror insistamos hasta que el fiel desmayo
- dobladas las rodillas- nos socorra.
Ven. Miremos por toda bocallave
que enciende algo prohibido,
gravemente matemos mariposas vidriadas,
pisoteemos seda, desgarremos la gasa
que nubla las magnolias,
y la desobediencia sea privilegio nuestro"
Ana Rossetti.
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