martes, 5 de agosto de 2008

EL GULAG.




Ha muerto Solzhenitsin y con él recordamos un tiempo demasiado turbio y cruel. El sistema de Gulag creó un infierno en la tierra, un infierno del que salir era casi imposible.


"Escribía" poesía en los campos de concentración , componiéndola en la cabeza y recitándola después para sí, ayudado de una colección de palillos rotos; así lo cuenta su biógrafo Michael Scammell:


" Ponía dos filas de palillos con su pitillera, una fila representaba las decenas y otras las unidades. Después recitaba sus versos en silencio, moviendo una unidad por cada verso o una decena por cada diez versos. El quincuagésimo y el centésimo verso eran memorizados con especial cuidado y una vez al mes recitaba el poema completo. Si olvidaba un verso o lo colocaba fuera de su lugar, volvía a empezar una y otra vez hasta hacerlo bien"


Descanse en paz .

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