Con Álvaro Cunqueiro no existe el aburrimiento. Su desbordante imaginación promete siempre viajes en los que las fantasías se vuelven realidades.
Vuelvo a su Tertulia de boticas prodigiosas.
" La leche de sirena usada por los galanes de las ciudades del Califato para tener hermosos sueños sexuales, procedía de esta botica, pero era traída en una nave que hacía especialmente el viaje para ello. Los dichos sueños de amor, con gran despilfarro de sexo, tenían la virtud de que el mozo,-imaginando durante una serie de ellos que su " partenaire " era una mujer determinada, esta, las más de las veces, pasaba a tener los mismos sueños con el galán soñador amante, presente, y en ablativo- con, de, ante, por, sobre, si, tras... La leche de sirena índica o moluqueña llegó hasta Córdoba, con gran repugnancia de los continentes del amor udrí, y con alegría de los señoritos, que con tal medicina lograba sonsacar de los harenes bellas casadas y cariñosas concubinas. Lo de que la leche de sirena, amén de regalar esos sueños amorosos y aun caricias insólitas, concediese una especie de invisibilidad que permitía pasar por delante de los eunucos sin que estos se enterasen, a los mozos que iban furtivos a la cama de la odalisca- hay que decir estas cosas con cierta retórica-, parece invención, pero sin duda relacionada con aquellas historias arábigas en las que el que cree hacerse invisible, se hace, o mejor dicho, obliga a comportarse a los que lo ven como si no lo viesen, como si fuese invisible. Leche de sirena se bebió también en Escocia, aunque procedente de los mares próximos y no de la botica de Trapobaba, y María Estuardo fue acusada en coplas de haberla bebido y de que aquellos desayunos le viniesen sus desordenados apetitos amorosos "
Álvaro Cunqueiro ( 1911-1981 )
( Foto de autor desconocido )
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