Don Dámaso Alonso era un excepcional crítico literario, nada oscuro. No estaría mal, en institutos, seguir sus consejos.
" Las obras literarias no nacieron para ser estudiadas y analizadas, sino para ser leídas y directamente intuídas. Ni el Quijote se creó para los cervantistas ni el teatro de Shakespeare para la filología alemana. El árbol está ahí para recrearnos con su sombra o para alimentarnos con su fruto. A ambos lados de la obra literaria hay dos intuiciones : la del autor y la del lector. La obra es registro, misterioso depósito de la primera, y dormido despertador de la segunda. El primer conocimiento de la obra poética es pues el del lector y consiste en una intuición provocada por la lectura, que viene a reproducir el momento que dió origen a la obra, la intuición del autor "
Dámaso Alonso (1898-1990 )
( Foto de Tore Johnson )
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