Hay motas en esa luz que llega con el soneto, un soneto para antesalas y zaguanes.
" En un soneto cabe cualquier cosa :
la tarde del revés, la golondrina
que asoló con sus alas mi oficina,
y el humo, convertido en mariposa.
Le cabe la certeza luminosa
del rayo que ni cesa ni fulmina.
Le cabe la soberbia gongorina
que urdió en la noche el nombre de la rosa.
Si abarcara universos literales,
campos, espigas, lunas, mares, montes,
que, por caber, le caben catedrales
y labios que resumen horizontes.
¿ Y dices que no cabe el amor nuestro?
Si me das un papel, te lo demuestro "
Laura Campmany
2 comentarios:
Magistral, almirante.
Todas las fotografías de este blog me fascinan, pero la de hoy, Ay...
Una siempre es la niña que fue, qué bonito.
No conocía a esta autora pero seguro es que ha asistido a los diálogos de J.L.Borges y mi paisano Góngora, del que tengo las energías misteriosas de haber pasado cuatro años de mi vida al lado justo de su casa y de su estatua.
Buenas noches.
Un saludo
Gracias por este poema y por la preciosa imagen.
Un abrazo
Marisa
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