martes, 22 de junio de 2010

" EL RETORNO DE EURIDICE "


Dentro de " El hombre invadido", libro de Gesualdo Bufalino, encuentro un relato al que suelo volver. El libro es un regalo primaveral del año 1991.

" Recordaba que había tardado en enamorarse de él, y de mala gana. Al principio no le gustaba que las mujeres le corrieran detrás de aquella manera, a la par al igual que las bestias, que las fieras. Aquel hombre debía de ser un mago, un seductor de oídos, un engatusador de mucho cuidado. Con el eterno instrumento en bandolera, la mirada indiscreta, la palabra fácil. Luego, una noche de mucha luna, mientras paseaba por un bosquecillo, ensimismada según su costumbre, con los pies que iban de un lado a otro, temerarios con tantas sierpes latentes en la hierba, hete aquí que de pronto, dentro de la espesura donde se había buscado una madriguera de oscuridad, se había alzado un hilo de música con un cordel invisible que tiraba de ella, le rodeaba los miembros , se los reblandecía en una miel húmeda y tibia, en un extravío y un abandono muy parecidos a la muerte. Se había recobrado sólo de ellas cuando los gruesos labios de él, su potencia, dejaron lentamente de cubrirla. Así que le amó. Y las nupcias fueron espléndidas, con infinidad de manjares y cráteras de vino tinto (...) Después de lo cual hubo días y noches celestiales. El sabía palabras que nadie más sabía y se las murmuraba entre los cabellos, en los dos pabellones de carne rosada, como una respiración recóndita, casi inaudible, pero que dentro de ella creía inmediatamente en trueno y estrépito de amor... "

Gesualdo Bufalino (1920-1996)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Blog encantado y de encantamientos. Tu estilo nunca se olvida.

Besos.

Macarena.