Vuelvo a Quevedo en la tarde cordobesa. Las calles vacías y el suelo que arde.
" Está la ave en el aire con sosiego,
en el agua el pez, la salamandra en fuego,
y el hombre, en cuyo ser todo se encierra,
está en sola la tierra.
Yo sólo, que nací para tormentos,
estoy en todos esos elementos :
la boca tengo en aire suspirando,
el cuerpo en tierra está peregrinando,
los ojos tengo en agua noche y día
y en fuego el corazón y el alma mía "
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
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