A la salida del mercado de abastos, me encuentro con una cerveza helada y unas aceitunas añejas; necesito compartir esos instantes y aparece una leonesa con ojos de sirena, se llama Ester Folgueral.
" Se me olvida todo. Este lugar fue un tiempo todos los lugares; ahora es todos los lugares. Jardín de bolas de nieve que no se comen, sabor de luz en cucharas transparentes. La única escalera es respirar. Quién me visista es intocable, sus pensamientos intocables como rostros ocultos en el resplandor de un día de junio. Todo lo que no es instante cansa. escribir, sonreír, beber. Todo cansa, menos bajar los párpados y salir volando al infinito "
Ester Folgueral.
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