Hay días que uno camina con pocas certidumbres y quedan los sueños.
" Una certidumbre sola y terrible dominaba ese instante de tránsito dentro del sueño : saber que irremisiblemente esa expulsión comportaba el olvido total de la maravilla previa. Supongo que la sensación de puerta cerrándose era eso, el olvido fatal e instantáneo. Lo más asombroso es acordarme también de haber soñado que me olvidaba del sueño anterior, y de que ese sueño tenía que ser olvidado ( yo expulsado de su esfera concluida).
Todo eso tendría, me imagino, una raíz endénica... la verdadera condena es eso que ya empieza : el olvido del Edén, es decir, la conformidad vacuna, la alegría barata y sucia del trabajo y el sudor de la frente y las vacaciones pagas "
Julio Cortázar (1914-1984)
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