sábado, 19 de diciembre de 2009

EL RAPTO DE LA EMOCIÓN.


Hay poetas que limpian las lágrimas con elegías. Leo a Darío Jaramillo.

" Si un amigo vive en otra ciudad y se te muere,
poco importa.
Puedes suponer que sigue lejos, ausente,
que se fue de viaje,
que aún te quiere a pesar de que no escribe
y que no volvió a llamar.
Pero que sigue trabajando y te recuerda.
Los conocidos lo darán por muerto
pero nunca tendrán un cadáver que sirva como prueba.
Los amigos se extinguen, desaparecen, vuelan. Y son eternos "

Darío Jaramillo Agudelo.

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