Estos días rondeños, he seguido con Propercio. La tarde del sábado, me llevé a la "Alameda" sus "Elegías" y en un instante apareció la dama de recuerdos perdidos.
" A menudo yo temía de tu ligereza muchas amarguras; jamás, sin embargo, Cintia, esta traición. Mira con cuánto riesgo me arrebata la fortuna; no obstante te vuelves indiferente ante mis temores; y puedes arreglar con las manos un peinado de la víspera y en prolongado ocio acicalar tu rostro, y no dejar de matizar tu pelo con piedras preciosas del Oriente, como hermosa mujer que se dispone a ir al encuentro de su nuevo marido "
Sexto Propercio ( 47 a.C-15 a.C ) ( Traducción de don Antonio Tovar)
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