viernes, 4 de septiembre de 2009

RUINAS DE ACINIPO.


Después de tantos años, aún recuerdo aquel almuerzo campestre en las ruinas de Acinipo; duró hasta la noche llena. Ella llevaba una canasta preparada con primor y exigencias. Platos de porcelana vieja, cubertería de "la cruz de malta" y viandas excelentes. Con el vino " Marqués de Villamagna" aquello fue metáfora de todos los olvidos. Como el poema...

" Qué honda devastación. Qué limpio el viento.
La gloria de la piedra adivinada.
Los oros del pasado polvoriento.
El eco de un teatro ante la nada.
Y la yerba veloz. Y los reptiles
huidizos como el tiempo en la memoria.
Y bandadas de pájaros. Y miles
de espectros ululantes por la Historia.
Y un susurro de espadas...

Sin embargo,
qué silencio solemne en esta loma,
corona de los campos verdecidos,
ruina de ruinas en letargo,
espejismo de qué, sombra de Roma,
metáfora de todos los olvidos "

Felipe Benítez Reyes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

COMENTARIO PRIVADO. No publicar.

Estimado amigo, gracias por hacerse eco de mi poema.
Le agradecería igualmente que corrigiese las erratas que aparecen su transcripción: no son "nubes", sino "miles". Al verso "corona de los campos verdecidos" le falta el artículo.
Gracias.
FBR