Maravilloso jardín en la tarde del Círculo de la Amistad; lectura reposada y miradas. La cerveza helada y el poema.
" Me siento, para darle compañía, a los pies
de la cama. Me enseña su caja de botones,
su collar azabache, la mantilla de blonda
con que acudía a misa de privilegio en Santo
Domingo, su camisa de malteado georgé...
Madre está enferma. Madre va enseñándome cosas
del armario con quieto silencio entristecido,
hasta que llega al traje color de rosa pálido,
y entonces se incorpora, renovada, a ponérselo
delante de mí misma, me coge de la mano
y saltamos felices. Su cara de muñeca
inglesa antigua evoca la cera levemente "
María Victoria Atencia.
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