Entre mis recuerdos más queridos aparece S´agaró. Fue un lejano verano; la luz no cegaba pero adormecía y había un olor a imposible tomillo marino. Debe conocerlo bien Luis Alberto de Cuenca, pues tiene un poema dedicado a ese lugar de ensueño.
" El mar rizaba nuestros pensamientos
y los iba engarzando en un collar
de languideces y complicidades.
Un aura de bañistas instalados
en viejas fotos de la belle époque
refrescaba la noche : era la brisa
del deseo, venida de muy lejos
a decirnos que aún seguía vivo
lo que creímos muerto. Pudorosa,
la Luna nos hurtó su cuerpo blanco
y dejó de alumbrar aquella escena
en la que ardía el fuego del amor
y se fundían nuestros corazones.
Tan bello era el instante que la única
forma de detenerlo fue el silencio "
Luis Alberto de Cuenca.
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