Leo en el "Diario Córdoba" de hoy, un artículo de Ian Gibson titulado " Reivindicación del latín". Soy de los que defiende siempre el estudio de las lenguas clásicas y creo que su pérdida, en las enseñanzas medias, nos hace más pobre y más indefensos ante el poder. Dice Gibson que " Sin latín no se puede entender la civilización occidental. Recuerdo la primera página del Ulises de James Joyce, donde hay una parodia de la misa latina. Recuerdo también-son dos ejemplo modernos seguidos más o menos al azar- a Luis Buñuel otro buen latinista ( cualidad que se nota en La vía Láctea ), debido a haber sido, como el genio dublinés, aventajado alumno de los jesuitas(...) Un distinguido profesor de la Universidad de Málaga, José Palacios, comentaba la melancólica situación que atravesaba el latín en las aulas españolas. Se matriculaban menos alumnos que nunca para dicha asignatura, y de los medievalistas de nuevo cuño, poquísimos optaban por estudiar clásicas. Resultado : cada vez menos personas capaces de leer con la necesaria pericia algunas fuentes latinas primordiales del pasado español ( las mozárabes, por ejemplo). Palacios defendía fervorosamente, por ello, la necesidad de mantener y propiciar el latín en la segunda enseñanza..."
Apropiado para los tiempos, el poeta Catulo habla de besos...
" Quaeris quot mihi basiationes
Tuae, Lesbia, sint satis superque.
Quam magnus nimerus Libyssae harenae
Lasarpiciferis iacet Cyrenis,
Oraclum Iouis inter aestuosi
Et Batti ueteris sacrum sepulcrum,
Aut quam sidera multa, cum tacet nox,
Furtiuos hominum uident amores,
Tam te basia multa basiare
Vesano satis et super Catullo est,
Quae nec pernumerare curiosi
Possint nec mala dascinare lingua "
Cayo Valerio Catulo (87 a C-54 a.C )
(El laserpicio es una planta empleada en cocina, farmacia y perfumería, aunque no ha sido indentificada)
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