Después de algunas cervezas con boticarios, me apetece leer cartas de amores perdidos. Mademoiselle de Lespinasse no era rica ni bella, pero consiguió por su inteligencia y espíritu curioso tener uno de los salones más brillantes de la época. Y en aquella época eso era Todo.
La carta es de julio de 1773 y no tiene desperdicio.
" ...Me desagrada todo lo que viene a distraerme y a desviarme. Hay cosas que nada puede hacerme olvidar. Lo que los demás llaman diversión y placer sólo me sirve para aturdirme y cansarme, y si alguien hubiera tenido poder de apartarme por un momento de mis desdichas, creo que, lejos de estarle agradecida, debería odiarle. ¿ Qué pensáis de esto vos, que me habláis de mi felicidad y me hacéis esperar que, si de vuestra amistad depende, me la concederéis? No, señor, me consolará, me hará sufrir quizá; y no sé si al final tendré que celebrar o lamentar lo que me hayáis dado (...) Adiós, dadme a menudo noticias vuestras y no os contentéis con el proyecto de escribirme dos palabras. Guardad ese proyecto para vuestras relaciones; también hay amigos que se comformarían con ello. Pero ¡ yo soy tan difícil de contentar! Decidme si habéis recibido mis cartas.
El señor d' Alembert os aguarda con impaciencia. El caballero Chatelux está absorbido por las comidas de la Cheverette; a mi me parecen frías y tristes. Adiós. ¿Creéis en verdad que volveré a veros dentro de un mes? Falta demasiado para poder alegrarme "
Mademoiselle de Lespinasse (1732-1776)
1 comentario:
Madame du Deffand, Julie de Lespinesse, Madame de Staal-Delaunay, Marie-Thérèse Rodet Geoffrin, Anne-Thérèse de Marguenat de Courcelles Lambert.... regentaron tantos salones de aquella época.
Siempre soñé con ser una de esas mujeres y cuando visitaba París me embelesaba con su leteratura y cómo se desarrollaba en los salones de estas hembras.
Gracias, hombre por estas remembranzas.
Ula
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