Cada día me gusta más Carmona. Es un pueblo que siempre llama. La mañana en una de sus plazas, con los periódicos y un sol remolón de aire furtivo. Paseo por sus calles y tomo cervezas en una taberna que huele a tiempos antiguos; he llegado a pensar que entraría don Fernando Villalón con su jaca y sus gitanas. Me he llevado una antología poética y descubro, en un poema de Carmen Jodra, el domino de las formas clásicas.
" Un gemido doliente entre la alheña,
un rítmico suspiro en el helecho,
musgo y pluma por sábana de lecho,
por dosel hoja, por almohada peña,
y la lujuria tiene como seña
violar mujeres y violar derecho
y ley y norma, y un hermoso pecho
sobre el pecado y el pecado enseña.
Trasciende de la fronda un olor suave
a sagrados ungüentos y una queda
música, contenida y cadenciosa,
y el blanco cuerpo de la bella ave
y el blanco cuerpo de la bella Leda,
bajo el peso del cisne temblorosa "
Carmen Jodra.
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