jueves, 24 de septiembre de 2009

DESDOBLAMIENTOS.


De vez en cuando busco a Léautaud; es duro, nada indulgente y suele mirar a las mujeres con descarnada pasión. Sus escritos en el " Mercure de France" son ejemplos de observación y valentía. Esta noche abro al azar el manoseado "Palabras efímeras"

" Una de las cosas más cómicas del amor, ¡ y son tantas!, es que uno les hace las mismas caricias a todas las amantes y les dice las mismas palabras, tiernas o libertinas. ¡ Menuda diversión interior cuando uno tiene capacidad para desdoblarse! No les sucede lo mismo a las mujeres que : 1º hablan mucho menos; 2º se comportan en el amor según el amante que tienen; 3º a menudo esperan mucho tiempo antes de dar con el amante que hará surgir su verdadera naturaleza, y a veces lo encuentran cuando ya el amor deja de interesarlas "

Paul Léautaud (1872-1956)

2 comentarios:

Ula dijo...

Muy interesante ¡Muy bueno! este post.

Un poema de María Rosal (Perdón si ocupa mucho espacio).

Hospes comesque corporis

Del salón en el ángulo oscuro...
con cuánta precisión, con qué destreza
-¡voto a Dios que me espanta esta grandeza!-
hiende Venus triunfal de amor el muro.

La huella digital talla el conjuro.
Andante... molto allegro -qué proeza-
contra el fragor erguido de cereza.
Cascada y vendaval, dulce cianuro.

Hospes comesque corporis: ¡oh dedo!
¡Ariete dispuesto al buen suceso
y a no cejar en mengua ni agonía!

Sirve otra ronda. Que te importe un bledo
vivir o fenecer en el exceso.
Labra orgulloso tu caligrafía.

Y porque nada, ¡oh dedo! te derrote,
otra oportunidad -algarabía-
te brinda a discreción el estrambote.

Anónimo dijo...

Muy bueno.

Carmen Pulido