De tal palo, tal astilla. Leo poemas de Ana, hija de José María Merino y es una poeta estupenda. Esta noche me quedo con un poema que recorre sensaciones.
" Quedarme en casa,
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.
Que los ojos escuchen
y se olviden del mundo.
Que me arrope el silencio
y respire mi nuca
su suave indiferencia.
Que vivir sea esto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,
con el tiempo desnudo
al borde de la cama
y mi boca dormida
en su tímido beso "
Ana Merino.
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