Leer epistolarios tiene sorpresas, algunas casi previstas, otras novedosas y agudas. Hasta los años 50, en España abundó un grupo de pensadores, toreros, literatos y artistas que tenían en común, algo que se ha perdido, el saber vivir. El escultor Sebastián Miranda era uno de ellos; hombre de derechas, su mejor amigo hasta la muerte fue Indalecio Prieto. Leer " Cartas a un escultor" de Don "Inda", es un gozo en el que se descubre al amigo, al político, al aficionado a los toros y al buen escritor. Estos días he acabado un libro de memorias de Miranda, que al igual que su escultura, tiene claridad, profundidad y verdad.
" ...El caso de Julio Camba es realmente curioso. Amigo íntimo de Belmonte, de Cañavate, de Domingo Ortega y mío, ninguno de nosotros ha sido capaz de llevarle a una corrida. En varias ocasiones nos acompañó a Toledo, a Valencia, a Sevilla. Le encantaban las excursiones y viajes con nosotros, pero a la hora de la corrida se iba de paseo por el pueblo que fuese.
Una vez me abordó muy serio, preguntándome :
-¿ Es cierto que tienes el propósito de dejarnos al "Caña" y a mí, en tu testamento, veinte mil duros a cada uno ?
-Ciertísimo- le dije.
-Pues te propongo una combinación muy ventajosa para ti. Tú me das en el acto cincuenta mil pesetas y te perdono el resto "
Sebastián Miranda (1885-1975)
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