Habría que leer más a menudo a Miguel d´Ors, un poeta que descubre en sus versos la cotidianidad y los espasmos esperados. Este mediodía leo algunos poemas de " La música extremada" y me recuerdan un sábado en Carmona, en el sugerente y querido hotel "Casa Carmona" y sobra cualquier comentario...
" Es misteriosa como el tiempo y el mercurio,
delirante y exacta, álgebra y fuego.
Cuando nadie la espera, coronada de escarcha
baja tarareando con pies maravillosos
por entre los helechos. Muchos enamorados
consagraron su vida a llamarla, elevaron
laboriosos palacios para ella
y no condescendió ni a una mirada.
No sirve para nada y son millones
los que viven por ella. Cuando piensas
que prefiere los locos y vagabundos, pasa
del brazo de un ministro o Mr Eliot.
Es papeles manchados de tinta y es el mundo
con hogueras y robles, despedidas, los Andes,
la luna azul y Concha Valladares. Su rostro
constantemente cambia, inconstante. Y no cambia.
Bécquer la confundió con el Amor
y es una forma de no ser feliz "
Miguel d´Ors.
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