Siempre se agradecen las horas mansas, el abandono relajado, la quietud.
" Volvamos a la casa donde nos invitaron
a la guarda dormida de las cosas :
apenas unos cuencos de barro sobre la piedra gris,
y en las alcobas, entre ángeles de polvo, libros viejos.
Con el día, la ventana nos llama desde la luz del huerto
y un blanquísimo estor de paraíso cae sobre la hornacina.
Volver es buscar a deshora la hoguera cotidiana,
el racimo de olor que invadía la estancia,
y ese tiempo de más en la colina, desgranado el deseo "
Dionisia García.
( Foto de David Crausby )
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