Siempre he soñado con Nueva York. Nunca he estado, pero creo que la conozco. Hay ciudades que se conocen, a pesar de no haberlas pisado.
Josep Pla es autor de cabecera, no falta nunca a la cita.
" En el momento de ocupar nuestro asiento, el barman nos alarga la lista impresa de platos.
- ¿ Cuáles son sus pretenciones?- me pregunta mister Ellers, pasándome la carta.
- Completamente americanas; mejor dicho, en este caso bastante centro-europeas; cerveza; unas Hamburger con lonjas de tocino, coles agrias y mostaza y una tarta de manzana. ( Las Hamburger es el nombre que toman en este país las que nosotros llamamos salchichas de Francfort. )
- Pero, ¿ a usted le gustan esas cosas?
- Con delirio...
- Sospecho que usted podría vivir en esta ciudad...
- Ya no. Esta ciudad requiere juventud y vitalidad, y la vitalidad para mí ya pasó. Los que nos acercamos a los sesenta años hemos visto en Europa tantas catástrofes, que hemos quedado como gallos desplumados. A Nueva York, por ello, hay que venir con la fuerza de la juventud. Yo he venido de viejo, es decir, simplemente a pasar un final de semana. Pero cuando se llega a Nueva York conociendo un poco Europa, la fascinación que produce esta ciudad es indescriptible. Todo en ella recuerda la vida europea que las últimas catástofes abatieron y enterraron... "
Josep Pla ( 1897-1981 )
( Foto de Nick Dewolf )
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