Los sonetos de Quevedo, son recreo persistente. Su grandeza hace que cada lectura sea, siempre, distinta.
" Dejad que a voces diga el bien que pierdo,
si con mi llanto a lástima os provoco;
y permitidme hacer cosas de loco :
que parezco muy mal amante y cuerdo.
La sed que rompo y la prisión que muerdo
y el tirano rigor que adoro y toco,
para mostrar mi pena son muy poco,
si por mi mal de lo que fui me acuerdo.
Óiganme todos : consentid siquiera
que harto de esperar y de quejarme,
pues sin premio viví, sin juicio muera.
De gritar solamente quiero hartarme.
Sepa de mí, a lo menos, esta fiera
que he podido morir, y no mudarme "
Francisco de Quevedo y Villegas ( 1580-1645 )
( Foto de Manfred Baumann )
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