Me aburren la mayoría de los políticos. Unos, a su incapacidad de expresión unen una memez digna de constancia; otros, mienten con consistencia y desvergüenza. Pocos se salvan, pero suelen aburrirse rápido.
Después de un paseo y un café, charla con Böll.
" Lo que a mí me priva de reposo es mi incapacidad de limitarme, o, como diría mi representante Zohnerer, de concentrarme. En mis números hay demasiada mezcla de pantomima, escenografía, chistes : yo sería un buen Pierrot, pero también podría ser un buen clown, y cambio de números demasiado a menudo. Es probable que hubiese podido vivir durante años con mis números de los sermones católico y protestante, de la reunión del consejo de administración , del tráfico urbano y unos pocos más, pero cuando he interpretado diez o veinte veces un mismo número, me resulta tan aburrido, que en plena actuación me entran unas ansias irreprimibles de bostezar , literalmente, y tengo que disciplinar con un supremo esfuerzo los músculos de mi boca. Me aburro de mí mismo. Cuando pienso que hay payasos que durante treinta años interpretan el mismo número, noto un desasosiego en mi corazón, como si me condenaran a tragarme a cucharadas todo un saco de harina. Tiene que divertirme lo que hago, o me pongo enfermo... "
Heinrich Böll ( 1917-1985 )
( Foto de F.W. Glasier )
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