Mañana ajetreada. De camino a casa, entro en una exposición para relajarme; casi nadie salvo una pareja de franceses con aires jacobinos.
Un rato con el libro " Venecia galante".
" Mañana tendré que dejar mis queridas góndolas. Estoy en una de ellas ahora, en bata y zapatillas, mecido por una música celeste. Y lo que es peor, tendré que separarme de mis queridas Ancilla, Camilla, Faustolla, Julietta, Angelotta, Catina, Spina, Agatina y de cien mil cosas más, a cuál más bonita. ¿ no alarga usted un poco la cara, mi querido Neuilly, viéndome el espíritu adornado con tan bellos conocimientos ? Ya veis que todo es broma cuando me dirijo a usted; en cambio es realidad cuando hablo a ese libertino de Blancey. ¿ Cuándo, de las dos veces, digo la verdad ? Valiente pregunta. ¿ Pueden hacerla gentes que conocen la extrema regularidad de mis costumbres ? No creo que las hadas y los ángeles juntos puedan, con sus diez dedos, formar dos criaturas tan bellas como la Julietta y la Ancilla. Lacurne está entusiasmado con la primera y yo con la segunda, desde que la he visto un día disfrazada de Venus de Médicis y tan perfecta de todo punto. Pasa con justicia por ser la mujer más hermosa de Italia. Me parece que nuestro Embajador tiene grandes ganas de ser el amigo de la primera, y el de Nápoles, de serlo muy íntimo de la segunda.
Únicamente aquí puede verse lo que yo he visto : un hombre, ministro y sacerdote, en un espectáculo público, en presencia de cuatro mil personas, bromear de balcón a balcón con la más famosa cortesana de la ciudad y recibir, sonriente, golpecitos en la nariz, dados con el abanico. ¿Sabéis que un día encontré un puñal en el bolsillo de esta princesa ? Pretendía que en su profesión tenía derecho a llevarlo para el sostenimiento del orden en su casa. Me sorprende esto menos desde que sé que las religiosas gastan también puñal, y desde que me dijeron que una abadesa que todavía vive, se había en otros tiempos batido a puñaladas con otra dama por el amor del abate Pomponne. La aventura no dejó de producir algún escándalo, porque no sucedió en el convento.
La Agatina es la más espléndida de todas las cortesanas de Venecia. Habita en un pequeño palacio, soberbiamente amueblado, y se engalana con alhajas como una ninfa. En verdad, es la menos bonita de todas las de primer orden; pero, por otra parte, ¿ quién puede negar que los favores de una mano cubierta de diamantes no sean verdaderamente preciosos ? "
Charles De Brosses ( 1709- 1777 )
( Foto de Andre de Dienes )
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