Volver a Saki es sentir el cuento en estado puro. Es un autor que no se debe esconder en desván.
" Regresó a su habitación , reunió y guardó sus escasas pertenencias, depositó sobre la mesa el importe de su alojamiento y salió por una puerta trasera que daba al patio. Una turbamulta de aves surgió expectante ante él, que sustrayéndose a su afanosa atención se apresuró a resguardo del establo, la pocilga y los almiares, hasta llegar a la senda situada a espaldas de la granja. Una caminata de unos pocos minutos que sólo el considerable peso de sus " portemanteaux" impidió que se convirtiera en abierta carrera le condujo hasta la carretera general, donde un autobús madrugador le alcanzó pronto y le trasladó rápidamente a la vecina ciudad. En una curva de la carretera tuvo una última visión de la granja; las viejas techumbres abuhardilladas y los heniles con sus cubiertas de paja, el huerto desparramado y el níspero, con su banco de madera, se recortaban con una claridad casi espectral en la temprana luz de la mañana y sobre todo el conjunto se cernía esa atmósfera de mágica posesión que Crefton, erróneamente, había tomado por paz. "
Hector Hugh Munro, " Saki " ( 1870-1916 )
( Foto de Wolf Suschitzky )
1 comentario:
Me agobia un poco este texto por lo excesivamente descriptivo, aunque Saki me es simpático porque pensaba que los dueños se parecen a sus mascotas. Las mías han sido mayoritariamente felinas y en grandes cantidades, aunque me gustan todas. Ellas poseen y enseñan el arte de escuchar.
Buenas noches
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